Los Peronosporales son un grupo importante de parásitos vegetales obligados que han sido objeto de intensos estudios debido a su actividad patogénica sobre numerosos cultivos de interés comercial. (Spencer, D. M.: 1981. The Downy mildews, Acad. Press. N.Y
El Mildeo de la rosa es la enfermedad más limitante de este cultivo en Colombia. P sparsa es un patógeno obligado perteneciente al grupo de los Oomycetes, los cuales son organismos miceliares semejantes a los hongos, que se conocen comúnmente como mohos acuáticos. Puede afectar la producción en cerca de un 30-40% si no se toma correctivos a tiempo. El hongo (peronospora sparsa) ataca casi todas las variedades de rosas y limonium. En campo, el hongo generalmente se observa en el envés de las hojas. En los 2/3 de la planta.
Debido a la importancia del Mildeo velloso de la rosa y a la ausencia de un enfoque de MIE para esta enferme[1]dad, es importante establecer un programa de Manejo Integrado propuesto en el trabajo realizado por Nathali López-Cardona y Jairo Castaño Zapata (MANEJO INTEGRADO DEL MILDEO VELLOSO Peronospora sparsa BERKELEY) DE LA ROSA: 1. El diagnóstico oportuno, es la clave del Manejo Integrado de la Enfermedad. El reconocimiento de los síntomas típicos de la enfermedad, esencialmente en sus primeros estados, es la clave para la realización del manejo oportuno del patógeno. Cuando el inóculo inicial del patógeno es muy bajo, es decir, cuando la enferme[1]dad se encuentra en las primeras fases de desarrollo, se puede optimizar el beneficio del control químico. Así mismo, la identificación correcta de la presencia del patógeno servirá de base para la elección correcta de los fungicidas más efectivos, así como la planificación de otras prácticas compatibles de manejo de la enfermedad. 2. Síntomas de la enfermedad y signos del patógeno.
Los síntomas del Mildeo velloso se manifiestan sobre hojas, tallos, pedúnculos, cáliz y pétalos de las plantas de rosa, aunque generalmente la infección es restringida a los tejidos jóvenes de las plantas. Sobre la haz de las hojas se desarrollan manchas irregulares de color rojizo-púrpura a pardo-oscuro, las cuales se rodean de un halo clorótico, mientras que en el envés se producen los signos del patógeno.
Una observación a simple vista, permite observar una esporulación de color blanco en el envés de las hojas u otros órganos afectados, que corresponden al conjunto de esporangióforos y esporangios del patógeno, que dan la apariencia vellosa característica de la enfermedad (Horst, 1983; Arbeláez, 1999; Hollier et al., 2001). Una observación al microscopio, permite la diferenciación del patógeno, debido a que los esporangióforos poseen una típica ramificación dicotómica, con ápices agudos, y las ramas forman un ángulo más o menos agudo. La enfermedad puede inducir defoliación severa (Flórez, 1996; Restrepo, 1996) y es común que los síntomas foliares se confundan con quemaduras o toxicidad inducidas por pesticidas. Sobre los tallos, cáliz y pedúnculos, la enfermedad se manifiesta como manchas púrpuras a negras que varían en tamaño e incluso pueden coalescer produciendo la muerte de ramas y momificación de botones florales (Horst, 1983; Hollier et al., 2001; Infoagro, 2004) ó propiciando la invasión secundaria por Botrytis cinerea Pers.:Fr. (Aegerter et al., 2002). 3. Ciclo patológico del hongo. Se creía que, en Colombia, Peronospora sparsa no producía oosporas, conocidas como estructuras de resistencia ó sobrevivencia, sin embargo, Gómez y Arbeláez (2004), demostraron la presencia de estas estructuras en cultivos comerciales de rosa en el país. El hongo sobrevive como oosporas, micelio en tallos, hojas, brotes, sépalos y coronas. Los esporangios pueden ser producidos por periodos largos de tiempo en condiciones de humedad relativa alta (>85%) y condiciones frescas de temperatura (18ºC). Estos pueden ser diseminados y depositados por el viento ó por salpique de gotas de agua lluvia o de riego, germinan y penetran directamente a través de la cutícula y la epidermis; el hongo se alimenta de las células del parénquima por medio de haustorios y una profusa red de micelio intercelular (Michelmore et al., 1988). Los esporangióforos y esporangios emergen por las estomas del envés de las hojas y los esporangios son diseminados nuevamente para iniciar un nuevo ciclo de infección (Horst, 1983). 4. Epidemiología del hongo. Las condiciones más favorables para el desarrollo del hongo bajo invernadero corresponden a temperaturas que oscilan entre 15 y 20 °C durante el proceso de infección y de 20 a 25 °C.
Para la colonización del patógeno. La infección es influenciada por la presencia de una lámina de agua libre sobre la superficie del tejido por un período mínimo de dos horas, sin embargo, el proceso infectivo se incrementa cuando dichas condiciones de humedad superan las 10 horas (Aegerter et al., 2003). En la sabana de Bogotá, la temperatura óptima para la germinación de los esporangios es 14 °C, y se requiere un periodo mínimo de cuatro horas de agua libre sobre los tejidos para que ocurra el proceso infectivo del patógeno. La esporulación del hongo ocurre principal[1]mente cuando se presenta una humedad relativa superior al 85% y temperaturas que oscilan entre 18 y 22 °C (Gómez, 2004; Gómez y Arbeláez, 2004). A 10 °C el periodo de latencia de P. sparsa oscila entre 6 y 7 días a, mientras que, a una temperatura de 18 a 22 °C, el periodo se reduce a solo 3 ó 5 días. Con respecto al período de incubación, puede variar entre 7 y 8 días bajo condiciones de invernadero (Gómez y Arbeláez, 2003). La infección de este patógeno se produce tanto por la haz como por el envés de las hojas (Filgueira, 2004). Las diferentes etapas de desarrollo e infección del patógeno se pueden observar principalmente en dos periodos del año: (ver gráfica inferior de la página). Según el Ingeniero Luis Fernando Posada, para situaciones climáticas y patológicas en la Sabana de Bogotá, los principales conceptos a tener en cuenta en los manejos oportunos de la enfermedad Mildeo velloso en rosas son: